Leyendo esta tarde una unidad didáctica de mi querida amiga, para niñ@s de 5 años, he llegado a la conclusión de que la metodología que utiliza el profesorado para adult@s en otros niveles de la enseñanza en España (tanto oficial o no), debería ser similar a la de ell@s: dinámica, práctica, participativa y divertida, y adaptada a las necesidades y a la diversidad del alumnado.
¿Por qué cuando dejamos la educación infantil olvidamos esto y lo cambiamos por una metodología de la memorización, incluso sin a penas reflexión en muchos casos?
El alumnado, cualquiera que sea su edad, 1-120 años, no debe ser unos simples receptores de las tareas que se proponen en clase, sino que este debe conocer las razones por las que estudiará un tema, deben darle una utilidad. Debemos ser conscientes de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, con una metodología inductiva, para ello, la clave: mucha participación, incluida la de profesorado.
La flexibilidad es la otra cara del éxito del aprendizaje. Hay que ayudar a quienes tenga ritmos más lentos.
En educación infantil suelen potenciar la espontaneidad y la expresión de sus propias manifestaciones emocionales o académicas, ¿por qué no en edad adulta? ¿Qué tenemos de diferentes en ese aspecto?
Y otra anotación muy importante, en educación infantil, el profesorado tiene que tener plan A, B y C, por si los recursos iniciales no tienen éxito, para adaptarse al transcurso de la clase.
Si desde niñ@s en algunas escuelas se enseña a ser autónom@s, creativ@s, a observar e investigar, a expresar nuestras emociones y nuestras opiniones, a establecer vínculos con nuestr@s compañer@s y a trabajar en equipo…Un gran antídoto para acabar con el fracaso escolar y crear una sociedad más sostenible (en toda las acepciones del término), justa y equitativa, innovadora y político-socialmente más activa.
¿Cuál es el problema según vamos cumpliendo años?
Se aceptan y deseo respuestas y propuestas.
Buen fin de semana.
Nota: creo que en los últimos años en magisterio infantil se está innovando mucho en la metodología y en la materia que se enseña: incluyendo educación medio ambiental, igualdad de género, resolución de conflictos, comunicación oral y pública, participación en la asamblea-comunidad, educación afectivo-sexual, educación para el autocuidado y el cuidado de las demás personas, entre otras cosas. Y cada vez hay más educadores mejor formad@s. Lástima que estén tan mal pagad@s y que no se les reconozca su tan laborioso trabajo, tan imprescindible y pilar fundamental para una sociedad democrática.
En toda política pública debería ser la primera cosa en mente.
Y hoy más que nunca, «La marea verde» debería ser patrimonio de la humanidad. Ahí lo dejo 😉
emiescudero.wordpress.com 